MIS CERTEZAS
El miércoles he tenido una experiencia que confirmó algunas de mis certezas.
Las comparto con ustedes:
Sé que todo lo que me sucede es por mi bien mayor.
Todo tiene un sentido y todo es una oportunidad de aprendizaje.
Nada puede dañarme si me mantengo en contacto con mi ser interior, y reconozco la divinidad en mi.
Tu relación es libre y autónoma cuando:
• Puedes disponer de tu tiempo y tus cosas.
• Expresas tus puntos de vista cómodamente.
• Puedes desarrollar tus actividades tranquilamente.
• No debes pedir permiso.
• Las obligaciones no te asfixian.
• Tu pareja no te vigila.
• Sientes que creces como persona. No debes justificar y explicar cada comportamiento frente a tu pareja como si fuera un juez.
• Obras de acuerdo con tus decisiones.
• Puedes expresar el amor como quieras.
• Tu pareja escucha seriamente tus quejas.
No respeta tu autonomía, tu libertad y tu independencia
quien te quita la posibilidad de actuar, querer o conocer de
acuerdo con tu buen entender y parecer.
PAREJA Y SOLIDARIDAD
Walter
Riso, en su libro "Los límites del amor", habla de tres condiciones
necesarias para el establecimiento de una pareja sana: SOLIDARIDAD,
RECIPROCIDAD, AUTONOMÍA.
Empecemos por la primera, SOLIDARIDAD.
Tu relación es solidaria cuando:
• En los momentos difíciles de la pareja, los dos están
presentes.
• Cada uno se preocupa por el bienestar del otro.
• Cada quien defiende al otro y la relación, si se ven amenazados de cualquier forma.
• Ninguno de los miembros cuenta intimidades a extraños que puedan afectarlos.
• Ambos se hacen cargo de las responsabilidades
asumidas y están al tanto de lo que le ocurre a la otra
persona.
• Ninguno desprestigia al otro, ni a la relación.
• Luchan hombro a hombro por las metas comunes, sin recostarse en el otro.
• Cada cual siente que puede contar con el otro.
• Los dos se toman en serio.
• Ninguno subestima los problemas que pueda tener la relación.
No es solidario contigo quien hace caso omiso de tus intereses, los subestima o no hace un esfuerzo para
comprenderlos, pese a tus pedidos y redamos racionales.lunes 13 de febrero de 2012
miércoles 8 de febrero de 2012
ACEPTAR
Cuando
hablamos de aceptar como una clave para la felicidad automáticamente
pensamos en que necesitamos aceptar las cosas que nos incomodan en la
vida. Y sí, eso también. Pero no sólo eso.
¿Te resulta fácil aceptar lo bueno?
Si analizamos bien nuestras creencias a partir de lo que decimos descubrimos que en realidad no es tan fácil estar dispuesto a aceptar lo bueno en la vida. Aunque nos resulte increíble estamos más preparados para aceptar lo negativo.
Veamos:
¿Te resulta fácil aceptar lo bueno?
Si analizamos bien nuestras creencias a partir de lo que decimos descubrimos que en realidad no es tan fácil estar dispuesto a aceptar lo bueno en la vida. Aunque nos resulte increíble estamos más preparados para aceptar lo negativo.
Veamos:
- ¿Aceptas de buen grado un regalo sin decir: no tenías por qué, no te hubieras molestado?
- ¿Recibes los piropos creyendo que lo que te dicen es real?
- ¿Cuando algo te sale bien piensas que es casualidad?
- ¿Si alguien te invita a comer o a beber o al cine, inmediatamente quieres pagar tu parte o piensas cómo compensarlo con otra invitación?
- ¿Dices "no gracias" cuando alguien te ofrece ayuda?
Si
hemos respondido sí a alguna de las preguntas anteriores es señal de
que tenemos alguna dificultad para aceptar lo bueno y positivo en
nuestras vidas y para sentirnos merecedores de ello. Podemos empezar
ahora mismo a cambiar nuestra forma de pensar y nuestras creencias
aceptando, agradeciendo y sintiéndonos merecedores.
En el día de hoy acepto y agradezco todo lo bueno que la vida me traiga porque sé que soy merecedora de la abundancia en forma de ¡dinero, amor, salud, alegría!
sábado 4 de febrero de 2012
AMAR DEMASIADO...MAL
Extraido del libro "LAS MUJERES QUE AMAN DEMASIADO", de Robin Norwood.
"Desde
el instante en que Jill tomó conciencia de un problema entre ella y
alguien importante para ella, estuvo dispuesta no sólo a tratar de
resolverlo sino también a asumir la responsabilidad por haberlo creado.
Si Randy, su esposo y su padre no la hablan amado, ella sentía que debía
ser por algo que ella había hecho o dejado de hacer. Las actitudes, los
sentimientos, la conducta y las experiencias de vida de Jill eran
típicas de una mujer para quien estar enamorada significa sufrir.
Ella exhibía muchas de las características que tienen en común las
mujeres que aman demasiado. A pesar de los detalles específicos de sus
historias y luchas, ya sea que hayan soportado una larga y difícil
relación con un solo hombre o se hayan visto involucradas en una serie
de relaciones infelices con muchos hombres, las mujeres que aman
demasiado comparten un perfil común. Amar demasiado no significa amar a
demasiados hombres, ni enamorarse con demasiada frecuencia, ni sentir un
amor genuino demasiado profundo por otro ser. En verdad, significa
obsesionarse por un hombre y llamar a esa obsesión "amor", permitiendo
que ésta controle nuestras emociones y gran parte de nuestra conducta y,
si bien comprendemos que ejerce una influencia negativa sobre nuestra
salud y nuestro bienestar, nos sentimos incapaces de libramos de ella.
Significa medir nuestro amor por la profundidad de nuestro tormento."
viernes 3 de febrero de 2012
Sobre el amor...
Estoy
leyendo el libro de W. Jagër, "Sobre el amor" y voy entendiendo por qué
sentía tanto rechazo por el título del maravilloso e inspirado libro de
Robin Norwood "Las mujeres que aman demasiado".
Cada vez que lo digo en voz alta agrego en voz baja: "...que aman demasiado mal".
Día a día voy descubriendo que del amor, del AMOR, muy poco he sabido y experimentado a lo largo de la vida. Mis creencias, ideas, visiones, imágenes, relatos sobre el amor me han impedido disfrutar de las delicias ilimitadas que nos llegan como consecuencia de amar, de amar de verdad, es decir, AMAR SIN CONDICIONES.
Poco a poco voy entendiendo, a fuerza de experimentarlo, que cuando suelto, libero, desato, abro mis manos para dejar al otro, y a la relación que construimos, ser tal cual es, me suelto, me libero, me desato y quedo abierta a disfrutar y celebrar el milagro de ser y el milagro de que el otro sea. Y así liberada, sonrío y celebro.
Cuando lo consigo, cuando consigo dejar de poner palabras y explicaciones, cuando bajo el volumen de mi mente parlanchina y puedo contactarme conmigo misma en el centro de mi corazón, despojada ideas y creencias y, desde ahí, siento y vivo, experimento la alegría de ser y se disuelve todo vestigio de sufrimiento. Todo lo que decido en ese estado de amor incondicional a mí misma me encamina a mi propio cuidado y respeto y al cuidado y respeto de los otros.
Cada vez que lo digo en voz alta agrego en voz baja: "...que aman demasiado mal".
Día a día voy descubriendo que del amor, del AMOR, muy poco he sabido y experimentado a lo largo de la vida. Mis creencias, ideas, visiones, imágenes, relatos sobre el amor me han impedido disfrutar de las delicias ilimitadas que nos llegan como consecuencia de amar, de amar de verdad, es decir, AMAR SIN CONDICIONES.
Mis
ideas de "lo que debe ser", "lo que tengo que" y "lo que tienes que",
han limitado las posibilidades de experimentar el amor y me han
mantenido atada, amordazada, encarcelada, maniatada. Por lo tanto, al
mismo tiempo he intentado atar, amordazar, encarcelar, maniatar a quien
decía que amaba. Los juicios, la crítica, la queja, las expectativas me
llevaban inevitablemente a la frustración, el enfado y la ira. Mis
intentos por controlar y manipular a mí misma, a los otros (madre,
padre, hijo, amigo,jefe, hermano o pareja) y a las relaciones que
establezco con ellos en nombre de lo que "es lo que debe ser porque así y solamente así está bien", nada tienen que ver con el amor.
Poco a poco voy entendiendo, a fuerza de experimentarlo, que cuando suelto, libero, desato, abro mis manos para dejar al otro, y a la relación que construimos, ser tal cual es, me suelto, me libero, me desato y quedo abierta a disfrutar y celebrar el milagro de ser y el milagro de que el otro sea. Y así liberada, sonrío y celebro.
Cuando lo consigo, cuando consigo dejar de poner palabras y explicaciones, cuando bajo el volumen de mi mente parlanchina y puedo contactarme conmigo misma en el centro de mi corazón, despojada ideas y creencias y, desde ahí, siento y vivo, experimento la alegría de ser y se disuelve todo vestigio de sufrimiento. Todo lo que decido en ese estado de amor incondicional a mí misma me encamina a mi propio cuidado y respeto y al cuidado y respeto de los otros.
De eso hablaba San Agustín cuando decía: "¡Ama y haz lo que quieras!".
jueves 2 de febrero de 2012
LAS ENERGÍAS DEL AMOR
miércoles 1 de febrero de 2012
COMPARTIR, EL CAMINO A LA FELICIDAD
por Yehuda Berg
Vivir
una vida feliz, plena y con propósito cada día no es sólo un sueño; es
nuestra responsabilidad diaria. Todo lo que tenemos que hacer es
compartir. Esto se debe a que compartir es el camino directo a la
felicidad: necesitamos el proceso incómodo de desarraigar al ego para
poder experimentar la realización verdadera. Comparte hoy. Cuanto más
incómodo sea, más feliz serás.
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