lunes, 13 de septiembre de 2010

Almita y el Sol.... gracias Maria Elena por compartirlo

Almita y el Sol"

de -Maria Elena Medvedev-, el El Lunes, 13 de septiembre de 2010 a las 0:24

Queridos amigos, no recuerdo si ya lo había compartidos con ustedes, pero para mí este "cuentito" nos puede ayudar a ver otra realidad y entender muchas cosas que nos pasan inexplicablemente... Les recomiendo que se tomen unos minutitos y lo lean con atención.

Espero que les guste y les ayude. Piensen que casi siempre, después de un gran dolor salimos enriquecidos... quizás esas pruebas sean realmente las más grandes demostraciones de Amor que nos permiten experimentar lo que realmente somos...

Besos y abrazos para todos. María Elena.

La Almita y el Sol

Parábola para niños, adaptada de Conversaciones con Dios

Neale Donald Walsch

Había una vez, en el no tiempo, una Almita que le dijo a Dios, -"¡Yo sé quién soy!"

Y Dios le dijo; -"¡Es maravilloso! ¿Quién sos?"

Y la Almita le gritó, -"¡Yo Soy la Luz!".

Dios sonrió una gran sonrisa y exclamó, -"¡Está bien!, Eres la Luz!"

La Almita estaba tan feliz, porque había descubierto lo que todas las otras almas del reino tenían que descubrir.

-"Wow","Esto es realmente bueno!", dijo la Almita.

Pero pronto, saber quien era no era suficiente. La Almita quería experimentar quien era. Por lo que la Almita volvió a Dios (lo cual no es una mala idea para las almas que quieran ser quienes realmente son) y le dijo;

-"Hola Dios! ¿Ahora que sé quien soy, está bien que yo sea eso?"

Y Dios le dijo; -"¿Querés decir que querés ser quien ya sos?"

-"Bien, le respondió la Almita, -"una cosa es saber quien soy y otra cosa es serlo. ¡Quiero sentir como es ser la Luz!"

-"Pero ya sos la Luz", Dios le repitió sonriendo nuevamente.

-"Si, pero quiero ver como se siente", le contestó la Almita.

-"Bien, supongo que debería haberlo sabido. Siempre fuiste la aventurera"

Luego la expresión de Dios cambió, -"Hay una sola cosa..."

-"¿Que?" le preguntó la Almita

-"Bien, no hay nada mas que Luz. Ya ves, yo no creé nada más que lo que ya Sos, entonces no hay un modo fácil para que te experimentes como eres, porque no hay nada que no seas".

-"Huh?" dijo la Almita, que estaba ahora un poco confundida.

-"Míralo de este modo", dijo Dios. -"Eres como una vela en el Sol. Estás allí, con otro millar, millones de otra velas que forman el Sol. Y el Sol no sería el Sol sin vos. Sería el Sol sin una de sus velas... y eso no sería el Sol para nada, no brillaría tan fuerte".

"La pregunta es, ¿cómo conocerte a vos misma como Luz en la Luz?".

-"Bien, eres Dios”, le dijo la Almita, -"Pensá en algo!"

Dios sonrió nuevamente, -"Ya lo tengo, como no puedes verte a vos misma como la Luz que sos en la Luz, te voy a rodear de oscuridad."

-"¿Qué es la oscuridad?", preguntó la Almita

-"Es lo que no eres", le respondió Dios.

-"¿Le tendré miedo a la oscuridad?", preguntó la Almita

"Solamente si decides tenerlo", le contestó Diós

-"No hay nada que temer, al menos que vos decidas que lo haya. Ya ves, lo estamos creando todo, estamos actuando"

-"Oh!" exclamó la Almita que ya se estaba sintiendo mejor...

Luego Dios le explicó que para poder experimentar algo, su opuesto exacto se va a presentar. -"Es un gran regalo", le dijo Dios, porque sin esto, no podrías conocer nada."

"No podrías conocer lo Tibio sin lo Frío, lo de Arriba sin lo de Abajo, lo Rápido sin lo Lento. No podrías conocer la Izquierda sin la Derecha, el Aqui sin el Allá, el Ahora sin el Luego". "Y por lo tanto", continúo Dios, "cuando estás rodeado de oscuridad, no levantes tu puño y tu voz y maldigas la oscuridad". "Mas bien, sé una Luz en la oscuridad, y no te enojes con esto”.

“Luego sabrás quien realmente sos y los demás lo sabrán también. Deja que tu Luz brille tanto para que todos se den cuenta lo especial que sos".

-"¿Quiere decir que está bien que los demás se den cuenta que soy especial?", preguntó la Almita.

-"Por supuesto, está muy bien”, dijo Dios. "Pero recuerda, especial no quiere decir mejor. Todo el mundo es especial, cada uno a su modo. Muchos lo pueden haber olvidado. Ellos verán que está bien ser especial, solamente cuando vos veas que está bien ser especial."

-"Wow" dijo Almita, bailando, riendo y saltando con alegría,

"¿Puedo ser tan especial como quiera?".

-"Si, y puedes comenzar ahora mismo", le dijo Dios, que ya bailaba y reía junto con la Almita. "¿Que parte de ser especial querés ser?

-"¿Que parte de especial?", repitió Almita,"No entiendo".

-"Bien", explicó Dios, "Ser la Luz es Ser especial, y ser especial tiene muchas partes. Es especial ser amable. Es especial ser gentil. Es especial ser creativo. Es especial ser paciente. ¿Puedes pensar otras formas de ser especial?"

La Almita se sentó tranquila por un momento… -"Puedo pensar en muchas formas de ser especial", dijo."Ayudar es ser especial, compartir es ser especial, ser amigable es ser especial, ser considerado con los demás es ser especial."

-"¡Sí!, contestó Dios, "y podés ser todas esas cosas, o cualquier parte que desees, en cualquier momento. Eso es lo que significa ser Luz".

-"Yo sé lo que quiero ser, yo sé lo que quiero ser!", dijo la Almita con mucho entusiasmo. "Quiero ser la parte de especial llamada perdón. ¿No es especial perdonar?"

-"Oh, si", le reaseguró Dios a la Almita. "Eso es muy especial".

-"Bien", dijo la Almita. “Eso es lo que quiero ser, quiero perdonar, me quiero experimentar a mi mismo perdonando".

-"Bien", dijo Dios, "pero hay algo que debes saber."

La Almita se estaba impacientando un poco. Parecía que siempre había alguna complicación. -"¿Qué es?", suspiró la Almita.

-"No hay nadie a quien perdonar".

-"¿Nadie?", Almita no lo podía creer.

-"Ni uno!" repitió Dios. "Todo lo que he hecho es perfecto. No hay un alma en toda la creación menos perfecta que vos, mira a tu alrededor."

En ese momento Almita se dio cuenta que un gran gentío se había reunido. Almas vinieron desde lejos, de todas partes del Reino. Se había pasado la voz que Almita estaba teniendo una conversación extraordinaria con Dios, y todos querían escuchar lo que estaban diciendo.

Mirando las incontables almas reunidas allí, Almita tuvo que aceptar. Ninguna parecía menos hermosa, menos magnífica o menos perfecta que Almita.

Tal era la sorpresa de la almas reunidas, y tan intensa era su Luz, que Almita apenas si podía mirarlas.

-"¿A quién perdonar, entonces?", preguntó Dios.

-"Esto no es divertido," protestó Almita."Yo quería experimentar en mi misma el perdón, quería saber como era esa parte de ser especial".

Y Almita aprendió como se siente estar triste…

Justo en ese momento, un Alma amiga dio un paso adelante y le dijo; -"no te preocupes Almita, yo te voy a ayudar".

-"¿Me ayudarás?", Almita brillando preguntó. "Pero qué podés hacer?”

-"Yo puedo darte alguien a quien perdonar".

-"¿Podes?"

-"¡Por supuesto!”, le dijo el Alma amiga, "Yo puedo volver en tu próxima vida y hacerte algo para que me perdones".

-"Pero ¿porqué?, ¿porque harías eso?”, preguntó Almita.

"Vos que sos un ser perfecto!, vos que vibrás con una velocidad que crea una Luz tan brillante que apenas puedo mirarte! ¿Qué haría que vos bajes tus vibraciones a una velocidad que tu Luz brillante se vuelva oscura y pesada?”,

“¿Qué es lo que haría que vos que sos Luz que baila entre las estrellas y se mueve por el Reino con la velocidad del pensamiento, venir a mi vida y ponerse tan pesada para poder hacer algo tan malo?”

-"Es simple", contestó el Alma amiga, "Lo haría porque te amo".

La Almita parecía sorprendida ante la respuesta…

-"No estés tan sorprendida", le dijo el Alma amiga,"has hecho lo mismo por mi. ¿No te acuerdas?”. “Hemos bailado juntas, vos y yo, muchas veces. A través de eones y de todas las épocas hemos bailado. A través de todo el tiempo y en muchos lugares hemos jugado juntas. Simplemente no lo recuerdas."

"Ya lo hemos sido todo… Hemos sido lo alto y lo bajo, lo izquierdo y lo derecho. Hemos estado Aquí y allá, en el Ahora y en el más tarde, hemos sido lo masculino y lo femenino, lo bueno y lo malo, hemos sido la víctima y el villano. Por lo tanto hemos estado juntas muchas veces, vos y yo, cada una dándole a la otra la oportunidad exacta y perfecta de Expresar y Experimentar Quien Realmente Somos".

"Y por lo tanto", explicó el Alma amiga, "Yo voy a volver en tu próxima vida y seré la mala, voy a hacerte algo realmente terrible, para que puedas experimentarte como el que Perdona".

-"¿Y que vas a hacer?", preguntó Almita, un poco nerviosa, "¿qué es lo tan terrible?"

-"OH", repitió Alma amiga guiñando los ojos, "ya pensaré algo".

Luego Alma amiga se puso seria y dijo con voz tranquila, "tenés razón en una cosa".

-"En qué?", quería saber Almita.

-"Tendré que bajar mi vibración y hacerme muy pesada para hacer esto, que no es tan bueno, voy a tener que actuar de algo que es muy diferente a mi misma. Por lo tanto, te tengo que pedir un favor a cambio".

-"Cualquier cosa, cualquier cosa!", contestó Almita y comenzó a bailar y cantar: "Voy a perdonar, Voy a perdonar!"

Almita vio que Alma amiga se había quedado muy quieta...

-"¿Qué pasa?", le peguntó Almita, "¿Qué puedo hacer yo por vos?, Sos

semejante angel que está dispuesto a hacer esto por mi".

-"Por supuesto que Alma amiga es un angel!", interrumpió Dios.

"Todos lo son. Recuerdalo siempre: yo te envío solamente ángeles."

Por lo tanto Almita más que nunca le preguntó a Alma amiga, -"¿qué puedo hacer por vos?".

-"En el momento que te pegue duro", contestó Alma amiga, “en el momento que te haga lo peor que te puedas imaginar, en ese momento..."

-"¿Si?", interrumpió Almita, "¿si…?"

El Alma amiga estaba cada vez mas calma, -"Recuerda Quien Soy Realmente".

-"Oh, si, te lo prometo", contestó Almita, "Siempre te recordaré como te veo ahora, en este momento!".

-"Bien", dijo Alma amiga, "porque ya verás, estaré actuando tan bien que me olvidaré de mi misma. Y si vos no te acordás de mi como realmente soy, puede que yo no lo recuerde por un tiempo muy largo. Y si yo me olvido Quien Soy, vos también podés olvidarte Quién Sos y estaremos las dos perdidas. Luego necesitaremos otra alma para que venga y nos recuerde Quienes Somos".

-"No, no lo olvidaremos!" prometió Almita nuevamente. "Yo te recordaré y te agradeceré por darme este regalo, la oportunidad de experimentarme como Quien Yo Soy."

Y por lo tanto, el acuerdo fue hecho. Y Almita entró a la nueva vida, contenta de ser la Luz que era muy especial, y contenta de ser esa parte de especial llamada Perdón.

Y Almita esperó ansiosamente poder experimentarse como Perdón y agradecer a toda alma que lo hacía posible.

Y todos esos momentos en esa nueva vida, cuando un alma aparecía en escena, no importaba si traía alegría o tristeza y especialmente si tenía tristeza, Almita pensaba lo que Dios le había dicho: "Siempre recuerda, había dicho Dios sonriente, ¡Yo solamente te envío ángeles!”.

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